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domingo, 7 de abril de 2013

Romper una lanza

Sí, a eso estaba dispuesto: a todo.
A romper una lanza en nombre de la libertad de expresión
(aunque sólo se trate de la mía).
A hablar, como siempre hacemos algunos, en nombre de
quienes otros medios silencian y ningunean.
A poner voz, luz, cámara, fotos, música, vídeos...
para que todo el mundo los viese actuar, aunque no son
un grupo musical de mi estilo.

Hasta que alguien me habló de algo que no había, que faltaba:
Respeto.

Y eso es algo que cualquiera que se sube a un escenario le debe,
por principio, al público que tiene delante, sean sus fans o no.
No se puede defender un mensaje y mostrar otro, no se puede
faltar al respeto al público de un festival y esperar recibir
lo que no se da: quien desea ser respetado, debe primero mostrar
respeto a los demás. Por mucho que sus canciones, estética y
forma de actuar recuerden a otros tiempos y otras bandas de la
misma línea musical, hay actos que no son éticos ni correctos,
como insultar o arrojar objetos a los espectadores.

Por muy anti-sistema que sean, si suben a actuar, están aceptando
unas normas sociales. Y si no las aceptan, sería mejor para todos
que no actuasen. Lo único que consiguen es quedar mal, y dar una
mala imagen del tipo de banda que son y del estilo musical que
interpretan.

El público podría, erróneamente, asociar esa mala imagen
con otras bandas punk, con otros músicos que sí se dejan la piel y
se deben al público ante el que actúan, y que sí respetan a ese público,
aunque no sepan si les va a gustar su música o si comparten las ideas
que defienden con sus canciones (que también son, muchas veces,
otra forma más de protestar contra el sistema establecido).

Que empiezen por respetar, y entonces, habrá lanzas que romper...


1 comentario:

  1. Javi. Hay muchas formas de entender lo que uno expresa, pero la tuya en este caso ha sido la justa. Gracias.

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