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domingo, 30 de diciembre de 2012

Un pájaro pequeño




Esta mañana lo oí cantar,
debe haber hecho su nido encima nuestra,
en un alero del tejado.

Aunque creo que, en verdad,
ha horadado su casa en la madera nudosa
que ocupó antaño un lugar en mi pecho.

Y la ha transformado, haciendo su hogar:
huecos llenos de luz, pasillos henchidos de aire,
puertas macizas de esperanza,
ventanas abiertas de amor.

Es un pájaro pequeño, de pico aguzado e inquieto,
creo que alguien una vez dijo su nombre: Felicidad.

Las ilusiones me arañan las manos por la noche,
los sueños hacen agujeros en la luz del día,
es difícil saber si vivo o sueño,
porque soy más feliz en mi vida 
de lo que nunca fui en sueños.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Vuelo en negro

Te he visto.
Ibas a 90 kilómetros por hora.
Por un camino de campo.

También lo he visto a él.
Ha salido de la derecha, entre los limoneros.
Con una decisión total, ignorante del destino.

La puerta de tu coche deportivo lo ha parado.
Y lo ha devuelto en línea de agonía, hacia los limoneros.
He contemplado, por el rabillo del ojo, su estertor.

Tú ni siquiera has frenado una fracción de segundo.
Posiblemente ni lo habrás notado.
Un golpe en la puerta, una vida menos.

Como una bala, salida directa de la mano del destino.
Con tu imprudencia, ni has notado que era un cuervo.

Podría haber sido una madre,
con su hijo en los brazos.
Podría haber sido un campesino.
Podría haber sido tu propio hijo.

Pero a ti eso no te importa,
porque con tu coche
los puedes adelantar a todos,
los puedes matar a todos.

Porque tú atesoras ese derecho,
te lo apropias.
El derecho a vivir.
El derecho a existir.