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lunes, 3 de diciembre de 2012

Vuelo en negro

Te he visto.
Ibas a 90 kilómetros por hora.
Por un camino de campo.

También lo he visto a él.
Ha salido de la derecha, entre los limoneros.
Con una decisión total, ignorante del destino.

La puerta de tu coche deportivo lo ha parado.
Y lo ha devuelto en línea de agonía, hacia los limoneros.
He contemplado, por el rabillo del ojo, su estertor.

Tú ni siquiera has frenado una fracción de segundo.
Posiblemente ni lo habrás notado.
Un golpe en la puerta, una vida menos.

Como una bala, salida directa de la mano del destino.
Con tu imprudencia, ni has notado que era un cuervo.

Podría haber sido una madre,
con su hijo en los brazos.
Podría haber sido un campesino.
Podría haber sido tu propio hijo.

Pero a ti eso no te importa,
porque con tu coche
los puedes adelantar a todos,
los puedes matar a todos.

Porque tú atesoras ese derecho,
te lo apropias.
El derecho a vivir.
El derecho a existir.

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