La música culebrea empinándose,
siguiendo nuestro baile
hasta el pórtico romano.
Miradas iguales
atraviesan mi alma
con la hermosa ilusión
de sus seis años.
Me interrogan,
mudas y ansiosas,
sobre las magias gemelas
que llevo al cuello.
Les respondo,
creando la música
con que danzan las bruixas.
Caen sus dos corazones
ante ella rendidos,
hechizados y agradecidos.
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