Ceniciento, arde como la nieve,
derrite hasta el carbón.
Unos ojos pintados, unos labios rosas:
¿una esperanza, o una expresión?
Sigo cautivo en tu mirada,
aún sin saber cuanto pesa la nada.
Señales fugaces, senda sin desbrozar:
queda mucho camino por andar.
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