Hay en mi casa un baúl,
viejo y hermoso,
por algún lado
oxidado y mohoso.
De antigua madera de cedro,
traída allende los mares
por amigos leales,
que ahora vuelven hacia su futuro.
Lo abro,
y miro dentro:
es increíble la cantidad de cosas que caben.
Más que un baúl, parece un aleph.
Caben la fé que algunos olvidan por los rincones,
la esperanza que guardamos en nuestros más secretos cajones,
la lealtad que enorgullece nuestros corazones,
la compasión que estrecha nuestras relaciones.
Caben la ternura que no se ha ido,
el recuerdo que va en avión,
la luz de unos ojos dormidos,
la semblanza de una pasión.
Mientras camino,
leo en mi corazón
una palabra que a veces olvido
y que inunda mi razón.
AMISTAD...
- Dedicado a Marcelo, Eli, Micaela y Paula, que hoy vuelven a su Ecuador.
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