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sábado, 28 de diciembre de 2013

Luis sin Piel

 

 
Cruzo un mar de nubes y despido al volcán,
donde anoche presencie un huracán.
Mas no fue viento, sino sentimiento
lo que nos vino a azotar.

Transportados en tu aliento,
expresan más que años de tinta y papel.
Son acordes de un pasado común,
que ahora en tu voz nos parece sencillo.

Salen de debajo de tu piel,
se cuelan en nuestros bolsillos,
nos desposan
como si no llevasemos anillos.

Despegas la garganta y te seguimos,
a un sitio tras el fondo del corazón,
a una esquina del alma
donde sabes que nos conocimos.

Permanecemos en esta realidad enmudecedora,
hasta que termina, tierna, y nos domina.

Cala en los huesos, se nutre en el corazón,
ahonda en nuestra alma, nos guía la respiración.
Nos hace reír, cantar, sentir, recordar,
a todos, viejo y joven, por igual.

Es un sitio al que regresar,
un Luis que vive ahora bajo nuestra piel,
un espejo propio frente al baño,
donde todos nos podemos mirar.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Benarés




He llegado al mediodía a Benarés.
Viajé en busca de un maestro.
Ahora comprendo que no hay maestro,
excepto el que ahora ordena sus cabellos frente al espejo,
tras muchos días de largo caminar.

Eso es lo que aprendí en el viaje, en el camino.

Al pasar una calle, veo una niña en la puerta de una casa.
Me pide que la acompañe, y siento que una parte de mi alma
ya va con ella.
Viene también con nosotros una perra, que aún es un cachorro,
juguetona y feliz.

Llegamos a una casa en mitad de los campos, y comprendo que
siempre ha estado ahí, esperándome.

Lo único que tenía hacer era desear llegar a mi hogar.

Ese sitio que dicen que está donde se encuentra el corazón.